A lo largo de los años, este edificio, con un patio y varias habitaciones, ha proporcionado refugio y alimento a cortinas, arrieros y fabricantes de todo tipo. A los viajeros y sus mandados, mulos, yeguas, caballos y burros en busca de descanso, necesitados de un pesebre, paja, comida y agua. Las primeras referencias escritas a "Los Vizcaínos" aparecen en el Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes (1605) (1547-1616), como hombres cultos, notarios y notarios al servicio de la Corte.
Por lo tanto, estamos ante un establecimiento con mucha historia, carácter e identidad, que ha sido un lugar de encuentro, no sólo para el viajero sino para todos los segovianos y segovianas.